El mural representaba un coro de ondas de sonido que crecía progresivamente conforme el público terminaba de ver la última temporada de la serie. Se inició con un coro de orgasmos suave en el 0% del proceso de recepción de datos y se terminó con sonidos y movimientos frenéticos al llegar al 100%. Los visuales siendo reactivos al audio reaccionaban modificando su magnitud conforme el porcentaje incrementaba día con día.

Con gemidos sonoros “in crescendo” y una paleta de color que iba de los tonos fríos a los cálidos, la activación culminó el último día con la develación de un show audiovisual especial: el clímax, un final feliz preparado para todos los fans de la serie. 

La instalación se complementó creando un entorno envolvente con la programación de luces led que cambiaban de tonos junto con la paleta de colores en turno de los visuales.